La mayor alegría de todas: El munayniyuq
A través de los años tuve sufrí siempre la ausencia de amor familiar,
mi madre me abandonó a los pocos años de nacer, mi padre estuvo ausente,
como si fuese poco, quedé huérfano de padre y madre, al llegar a la
docena de años.
De modo que sentí la carencia de amor, como
ninguno, lo cual afectó seriamente mi autoestima y amor propio, me
sentía poco valorado, confundido, sin saber, porque estaba aquí, de
donde venia, quien era yo, y que era sentir cariño o amor.
Me
costaba sentir empatia por las personas, debido a mi situación personal,
sentía que todos estaban en mejor situación que yo, me fue difícil
aprender a "conectarme"
Solo a través de la experiencia de
muchos años, y las sabías enseñanzas de los Abuelos Quechuas, pude
entender, que nunca estuve solo, siempre hubo alguien dispuesto a darme
la mano, en cada momento de mi vida, y siempre habrá una persona
dispuesta a darla: Es el munayniyuq.
Decían los Abuelos
Quechuas, que el munayniyuq es un ser de amor, que tiene mucho amor para
dar, su amor es tan grande que pude transformar la vida de las
personas, inspirarlas para bien, su amor es creativo, construye, no
destruye, inspira, cautiva, ennoblece, hace el bien. Su amor es honesto,
es puro, es limpio, es humilde y es magno al mismo tiempo.
Pregunté a los Abuelos, como podría ser yo un munayniyuq, les dije que
nunca había sentido amor, no sabía que era eso ¿Como dar lo que no
tengo? Me dijeron los Abuelos: Para recibir hay que dar, un munayniyuq,
no piensa en recibir, piensa en dar. No hay mayor alegría que hacer
felices a los demás, el munayniyuq entrega su corazón a la Madre Tierra,
a la sabia naturaleza y a los Apus de la Montaña.
Se llena de
amor a través de su conexión pura y honesta con la Pachamama, a través
de allí llena de amor su corazón y ese amor puro recibido de los Apus,
lo entrega a la Humanidad, también por amor.
El amor del
munayniyuq es un amor que sana y nace de la vocación pura de entregarlo
todo, sin reservas, el munayniyuq es un servidor, vive en vocación de
servicio, entrega lo mejor que tiene, para hacer mejores a los demás.
Por amor.
Cuando comprendí la esencia de los munayniyuq, quise
ser aprender a ser uno de ellos, es un camino espiritual y de sabiduría a
recorrer, debemos despojarnos de nuestro ego interno, de nuestro "Yo"
individual, para aprender el "Nosotros" como humanidad.
Y el
lazo que construye es la entrega del Munayniyuq, su vocación es ser
feliz a través de hacer felices a los demás, porque no hay felicidad mas
grande, que la que se comparte, y no hay sonrisa mas placentera, que
hacer sonreír a los demás.
Jallalla Pachamama.
Qullana Qhapaq Amaru.
A través de los años tuve sufrí siempre la ausencia de amor familiar, mi madre me abandonó a los pocos años de nacer, mi padre estuvo ausente, como si fuese poco, quedé huérfano de padre y madre, al llegar a la docena de años.
De modo que sentí la carencia de amor, como ninguno, lo cual afectó seriamente mi autoestima y amor propio, me sentía poco valorado, confundido, sin saber, porque estaba aquí, de donde venia, quien era yo, y que era sentir cariño o amor.
Me costaba sentir empatia por las personas, debido a mi situación personal, sentía que todos estaban en mejor situación que yo, me fue difícil aprender a "conectarme"
Solo a través de la experiencia de muchos años, y las sabías enseñanzas de los Abuelos Quechuas, pude entender, que nunca estuve solo, siempre hubo alguien dispuesto a darme la mano, en cada momento de mi vida, y siempre habrá una persona dispuesta a darla: Es el munayniyuq.
Decían los Abuelos Quechuas, que el munayniyuq es un ser de amor, que tiene mucho amor para dar, su amor es tan grande que pude transformar la vida de las personas, inspirarlas para bien, su amor es creativo, construye, no destruye, inspira, cautiva, ennoblece, hace el bien. Su amor es honesto, es puro, es limpio, es humilde y es magno al mismo tiempo.
Pregunté a los Abuelos, como podría ser yo un munayniyuq, les dije que nunca había sentido amor, no sabía que era eso ¿Como dar lo que no tengo? Me dijeron los Abuelos: Para recibir hay que dar, un munayniyuq, no piensa en recibir, piensa en dar. No hay mayor alegría que hacer felices a los demás, el munayniyuq entrega su corazón a la Madre Tierra, a la sabia naturaleza y a los Apus de la Montaña.
Se llena de amor a través de su conexión pura y honesta con la Pachamama, a través de allí llena de amor su corazón y ese amor puro recibido de los Apus, lo entrega a la Humanidad, también por amor.
El amor del munayniyuq es un amor que sana y nace de la vocación pura de entregarlo todo, sin reservas, el munayniyuq es un servidor, vive en vocación de servicio, entrega lo mejor que tiene, para hacer mejores a los demás. Por amor.
Cuando comprendí la esencia de los munayniyuq, quise ser aprender a ser uno de ellos, es un camino espiritual y de sabiduría a recorrer, debemos despojarnos de nuestro ego interno, de nuestro "Yo" individual, para aprender el "Nosotros" como humanidad.
Y el lazo que construye es la entrega del Munayniyuq, su vocación es ser feliz a través de hacer felices a los demás, porque no hay felicidad mas grande, que la que se comparte, y no hay sonrisa mas placentera, que hacer sonreír a los demás.
Jallalla Pachamama.
Qullana Qhapaq Amaru.