El caudillismo
necesita un operador
Por: Juan Esteban
Yupanqui Villalobos.
Los
movimientos que surgen a la palestra en la política peruana, son
solamente aves raras de muy breve paso, quizás menos de lo que fue
la izquierda nacional y yo me aventuraría a decir que incluso menos
como por ejemplo el movimiento odriista, el leguiismo, el Sánchez
cerrismo; que en su momento tuvieron más impacto que algunos de los
actuales movimientos. Quizás en algún momento puedan sintonizar,
tener empatía con las masas, pero es algo momentáneo y todos se
basan en el clientelismo económico en miras a lo político. Algunos
que tenían ideología como la democracia cristiana desaparecieron
del mapa político en un santiamén, ahora último en morir el
partido popular cristiano; si ellos lo hicieron, los partiduchos
regionales de poca monta, como algunos que tienen universidades,
están próximos a morir indefectiblemente No hay ningún andamio en
que puedan sostenerse, no tienen ideología y sus cuadros son
viejitos andropausicos que buscan vaginas para nombrarlos o
nombrarlas como responsables políticas. Es que el mayor error que
cometen algunos partidos es centrar las decisiones al ámbito de la
política con la mira sexista, que es lo que quiere el capitalismo y
desviarse precisamente del problema principal que es la explotación
y la esclavitud que somete a las naciones.
Con
esto no estoy en contra de los movimientos feministas, que tienen su
propia plataforma, pues la mujer es la más explotada en el sistema
capitalista. Pero tampoco ello nos puede hacer decidir que esa es la
única línea y sobre todo la principal. Aquí en este estadio los
principales militantes de este tipo de organizaciones darán siempre
giros hacia donde puedan sacar mayor provecho económico, y casi
nunca el redito político. Ejemplos los vemos muchos. Necesitan estos
ejemplares, aparte del sostenimiento económico personal dar un giro
en donde ellos puedan mantenerse en vigencia en el interior y
exterior de una escena política temporal. A estos, me refiero a los
militantes, no les interesa el crédito ético de un candidato, si no
el redito económico, para ellos maquillando siempre sus intenciones,
eso mismo es para nuestra izquierda. Y por lo común también en
Europa, aunque aquí es más complejo el problema.
Esto
lo hago a raíz de la salida de un artículo en el diario Correo en
su edición local de Trujillo, refiriéndose al descontrol de su
plataforma de decisiones en el escenario político de la comuna de
Trujillo: “El mundo apepista sin Acuña”. Es precisamente, cuando
el principal motivo de una organización es asumir una aspiración
política sustentada en el clientelismo económico para tener un
lugar en la política local, regional o nacional. Hay una traba o
impedimento político moral que enfrenta esta agrupación, es de su
líder principal, a pesar de que intentan maquillarlo y decir medias
verdades, lo que les deslegitima mucho más ante los ojos de la
mayoría, pues inmediatamente en las redes les han aclarado lo
suficiente lo que realmente ha sucedido.
Qué
futuro le espera, a esta agrupación?. No le queda más que la
extinción que puede ser que en algunos años más; se pueda
mantener vigente, pero en una esfera relativamente débil que no
incida para nada en el ámbito nacional y pueda perder su hegemonía
en donde nació. Esto lo tengo muy claro, pues la mayoría de sus
representantes a nivel de gobierno local no han nada de relevancia,
precisamente por su improvisación, con lo que se ha manejado las
cosas y por su perspectiva que tienen que es muy mediocre y sesgada,
dirigida a buscar réditos económicos. Su actual accionar es muy
simplista y no resiste ser un trabajo político posible.
Octubre
23 del 2016.